Durante el vuelo, el albatros activa unos tendones especiales que mantienen extendidas las alas y le permiten descansar los músculos. Por otro lado, puede planear durante horas y horas gracias a que aprovecha magistralmente los vientos oceánicos.
El albatros asciende, gira en la dirección del viento y desciende. Esta maniobra se repite una y otra vez, y le aporta la energía necesaria para superar la resistencia del viento. Hace poco, los científicos lograron descubrir dicha maniobra. Usando rastreadores de alta precisión y programas especializados, se dieron cuenta de que el albatros obtiene la energía en la parte alta de la maniobra, al girar. Según ellos, “la extracción de energía” es “uniforme y continua” y permite al ave planear por horas y horas sin batir las alas ni una sola vez.
Este descubrimiento puede contribuir al diseño de vehículos aéreos más eficientes o incluso sin motor.
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